Un trabajo completamente hacho a mano, artesanal en un 100%. La calidad del producto en términos de originalidad, terminación, técnica y estética no habla ni más ni menos de la calidad de la artísta que lo ejecuta, primero en su mente, integrando todas sus funciones y después dando ordenes a sus músculos efectores, quienes con el tiempo y la práctica reflejan lo que el cerebro quiere de ellos.
El esmaltado completo de las placas está terminado, sólo faltan retoques y detalles antes de entrar al horno cada pieza individualmente. El acabado mostrará imperfecciones que pueden nuevamente ser tratados con esmaltes en frio o al horno. 
Recibiendo las primeras instrucciones: Centrar bien la masa en el torno es el primer paso para comenzar a mover diestra y creativamente las manos para ir dando forma a las más variadas estructuras en cerámica. Las manos deben hacerse sensibles a los espesores, a la densidad, a los contornos, a las texturas, y quien finalmente se está adaptando es el propio cerebro del ejecutante, que con su plasticidad crea nuevas conexiones y refuerza circuitos.
Primeras incursiones con el torno eléctrico. Había que adaptarse, no era fácil y quedaba la sensación de insatisfacción por el artefacto producido. Siempre querían repetir una y otra vez la forma, mejorarla. 
Orgullosas de su creación, las alumnas les hacen decoraciones en frio para finalmente meterlas al horno a 800°C. Para ser la primera vez en frente del torno, las piezas quedaron bastante bien.
Entretención y novedad fue la experiencia de trabajar en un verdadero taller de cerámica. Las alumnas practicaron en torno eléctrico y terminaban las placas definitivas para el mosaico que será instalado en el patio del colegio Santa Juana de Arco.
Preparando las últimas piezas que entrarán al horno. Los esmaltados hechos fueron con una técnica libre, sin dictar límites a la ejecución. Estas últimas experiencias se están realizando en el Taller de Esmaltados Piffaut. 
El modelado de piezas en cerámica se está realizando en un torno eléctrico a velocidad controlada. La manipulación fue exitosa gracias a las destrezas previas desarrolladas a mano. Gran manejo de la técnica pese a ser la primera experiencia con el torno.
Las alumnas trabajan afanadas para dar término, en pocas semanas más, al taller de modelado y esmaltado en cerámica. En el proceso se han descubierto potencialidades que bien trabajadas y bien atendidas podría generar gran interés en estos niños y niñas.
Una de las características del trabajo de Escolartín, es su esencia personalizada, que trata de extraer de cada uno de los alumnos y alumnas el máximo de habilidad artística y lograr un máximo de motivación para el trabajo personal y colaborativo. Un trabajo personalizado pero que tiene un objetivo común para todos. Nuestra meta es terminar lo comenzado. La enseñanza de la técnica, el desarrollo de la habilidad, la aceptación de cada uno, la valoración de todos los esfuerzos, el poner un granito de arena al proyecto de vida personal de cada alumno y alumna nos hace sentirnos satisfechos. 
Una clásica sala de clases expositivas se convierte transitoriamente e inesperadamente en una sala de creación artística, de desarrollo de habilidades nunca evaluadas, en una sesión de concentración en el trabajo, en un lugar de convivencia, en un lugar de desafíos.
Mientras las alumnas trabajan avanzando en sus esmaltados, Luis Calderón y Mónica Cortés planifican la última parte del exitoso proyecto Escolartin 2009. Se ajustan detalles técnicos, se discute la disposición final de los Mosaicos, entre otros. Se desea hacer una finalización que involucre a muchos alumnos y alumnas para que la cerámica como actividad y los petroglifos en particular se conviertan en un punto de observación no tradicional en la zona. 
