sábado, 21 de noviembre de 2009

Adaptar las manos es modificar el cerebro.

Recibiendo las primeras instrucciones: Centrar bien la masa en el torno es el primer paso para comenzar a mover diestra y creativamente las manos para ir dando forma a las más variadas estructuras en cerámica. Las manos deben hacerse sensibles a los espesores, a la densidad, a los contornos, a las texturas, y quien finalmente se está adaptando es el propio cerebro del ejecutante, que con su plasticidad crea nuevas conexiones y refuerza circuitos.

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